jueves, 7 de febrero de 2008

Vamos al comienzo... no nos alejamos de la realidad actual

Desde hace mucho tiempo que las alabanzas a Dios son un hecho. Vemos en el antiguo testamento, como nuestros padres en la fe alababan a Dios con arpas y cítaras.
El cántico de los tres jóvenes (que lo encontramos en la litúrgia de las horas, el domingo I y III del salterio). Cánticos inspirados: Moisés, Rut, Isaías... El libro de los salmos (atribuidos al rey David) y también el Cantar de los Cantares.
Así no solo Dios se sentía glorificado, sino también que los hombre se sentian glorificados en Dios.
Cánticos de acción de gracias, cánticos de petición. Cánticos de perdón y alegría. Todos nos muestran la grandeza del Señor.

"Proclama mi alma la grandeza del Señor"... pues un cántico muy conocido por toda la Iglesia. Este, junto con el cántico de Simeón ("Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz") y el cántico de Zacarías ("Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo...") los encontramos en la liturgia de la horas como cánticos de todas las horas canónicas mayores (Laudes, Visperas y Completas). Estos, pertenecientes al nuevo testamento junto con otros cánticos escritos por Pablo en sus cartas. La verdad, es que los cánticos y salmos, son todos de alabanza a Dios y de petición a algún favor a su pueblo. Creo que no nos alejamos de la realidad. ¿usted que cree? pues la verdad es que si nos detenemos en las obras musicales actuales, veremos que nada se aleja a lo del Antiguo Testamento.

domingo, 13 de enero de 2008

La música para Dios y los hombres

Pues, había pensado hace mucho comenzar un blog, pero no sabia con que motivo.
Por la ayuda de un cierto buen amigo fraile, a quien le tengo un cariño grande, encotré el camino del desarrollo de este blog. ¡COMO NO HABERME DADO CUENTA ANTES...! Puede resultar estúpido y curioso, pues estuvo frente a mi todo el tiempo el motivo de estás lineas que comenzaré a escribir y también de las opiniones que se puedan dar al respecto.

Como todos los que me conocen, la música es mi vida. Creo que fue uno de mis sueños frustrados (hasta ahora, porque nadie sabe lo que puede ocurrir mañana) el no poder haber estudiado algo con música. Pues estoy de fraile. Aún así, no me he desligado de la múscia. Canto y compongo para Dios y por Dios. Además de eso, sigo cantando en misa y bueno, en el coro conventual, antes (en el noviciado año 2006) en gregoriano latín, español, italiano y a veces francés. Más me gustaba el gregoriano latín. Ahora continuo con la música católica o mejor llamada religiosa-litúrgica actual. Debo decir que me encariñé con la música gregoriana latina, se extraña.

Pero evoquemonos a eso. La música para Dios y los hombres. Pues sí, señores, para Dios y los hombres.

Hemos escuchado por décadas piezas religiosas de Ludwig van Beethoven, Mozart, Franz Schubert y su Ave María... pero a quien más rescato es al señor Johann Sebastian Bach. Quien diria que este Otto (refiriendose así a los alemanes) tuviese la capacidad de componer piezas tan maravillosas y delicadas, pero lo que más admiro de este hombre es la capacidad de poder escribir obras completas de la misa para cada domingo del año litírgico. Bien claro me quedó al escuchar en el noviciado, todos los domingos en la cena, mientras comiamos los restos de pizzas del sábado en la noche y lo del almuerzo, la famosa CANTATA DEL DOMINGO, un programa radial presentado por un amigo del prior del convento de mar del plata. PERO PODRIAMOS IR EVOLUCIONANDO... Tomás de Aquino con su Adorote devote, otras obras como el Pange Lingua, el Rorate Caeli en adviento, Adeste fideles en Navidad... Siguiendo con Pescador de Hombres, Venid y vamos todos, Noche de paz. Pasando por las hermosas canciones de la comunidad ecuménica de Taizé (que creo se merece hablar de ellos pronto), hasta llegar a Mi Getsemaní de Eduardo Meana, Ven amada mía de GenRosso, Venid Adorador de Luis Enrique Ascoy, Nadie te ama como yo de Martín Valverde, Nada es imposible para tí de la hermana Glenda, Crecerá la verdad de Fernando Leiva, Camino a la Cruz de Cristobal Fones, Será Dios de Rodrigo Joglar, Las canciones varias de los chicos de Misión País (son muchas, por eso no las nombro), Vamos al encuentro de Romina González y hasta una que otras canciones de este humilde servidor.

Si bien es cierto, toda esta música es para Dios, donde se intenta alabar, bendecir, predicar, exaltar, recordar, pedir y agradar a Dios. Dios escucha y creo que es el más feliz de la tierra al escuchar tantas maravillas que fueron creadas para él, donde se puede predicar su nombre, su vida, su divinidad, sus enseñanzas. Y díganme que no es también para el hombre, pues, cuantas generaciones (y creo que hasta con eslabones perdidos entre todas las canciones e interpretes que puse) han podido orar, alabar, bendecir, recordar, exaltar, pedir pero sobre todo unir a Dios con los hombres. Imaginense desde cuando se cantaba el Ave Verum, el Venid y vamos todos o pescador de hombres hasta consagrados a ti o Te alabo de Fones. SE UNEN GENERACIONES. ¿Ven que no es solo para Dios?

Intento a la vez poder poner canciones para que podamos ver que nos quieren decir. HACER EXÉGESIS DE ELLAS, una hermenéutica que nos pueda llevar más a Dios y hacer que las personas que visiten esta humilde página de opinión puedan también llenarse de Dios a través de la música. TODAS LAS CANCIONES SON POR INSPIRACIÓN DE DIOS. Podriamos llamarles CANCIONES CANÓNICAS, como a los libros de la Biblia que fueron ta´mbién inspiracones.

HASTA PRONTO... cambio y fuera...